miércoles, 30 de noviembre de 2016

Actividades sobre el primer texto de la antología de PAU

ACTUALIZACIÓN:
Temas para la valoración crítica de "A un olmo seco" (hay que elegir uno):
1. En este poema, el autor parece identificar la naturaleza del campo con sus sentimientos más profundos. ¿Consideras que en la sociedad actual somos capaces de apreciar los aspectos y valores que la naturaleza nos puede ofrecer?. Argumenta tu posición al respecto.

2. Antonio Machado reivindica el respeto al olmo centenario, a pesar de su vejez. ¿Qué te parece el trato que, después de una vida de dedicación a su familia, se les da a los ancianos hoy? Razona tu opinión.

3. En el poema se menciona que el árbol terminará siendo destruido y transformado. ¿Crees que la explotación de los bosques responde a necesidades o a intereses económicos? Argumenta tu respuesta.

4. Aunque no la nombre directamente, Machado piensa en la enfermedad de su joven esposa cuando espera ese milagro, que sabemos por su biografía no se cumplió. ¿Consideras que el amor se va y no vuelve más cuando una persona muere? Justifica tu respuesta.

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Estas actividades te servirán para ir recogiendo datos para el comentario de este texto:

“A UN OLMO SECO”, de Antonio Machado

1) Explica el tema y resume el poema.

2) ¿Qué año y en qué libro de Antonio Machado se publicó este poema? ¿Qué número de orden tiene en el libro y cuántos poemas incluye en total?

3) Explica los bloques de contenido partiendo de la siguiente estructura externa:

   a) Versos 1 a 14:

   b) Versos 15 a 27:

   c) Versos 28 a 30:


4) Analiza la métrica y la rima. En el poema se combinan versos de dos medidas. ¿Riman todos los versos?

5) Busca ejemplos de las siguientes figuras literarias (al final de esta entrada puedes encontrar ejemplos de las principales figuras):

   a) Epíteto:

   b) Hipérbaton:

   c) Metáfora:
 
   d) Aliteración:

   e) Encabalgamiento:

   f) Personificación:

   g) Símil:

   h) Anáfora:

6) Busca al menos dos campos asociativos en el poema.

7) Señala si las siguientes Afirmaciones sobre Antonio Machado son verdaderas (V) o falsas (F).
  1. Nació en Sevilla en el mes de julio.
  2. Su infancia en Andalucía fue muy triste.
  3. Cuando era niño, tuvo que mudarse a Galicia.
  4. Su padre murió a temprana edad.
  5. Cuando cumplió 24 años, se fue a París.
  6. En París le esperaba su hermano Gabriel.
  7. En Francia tuvo mucho éxito, se hizo un autor rico y famoso.
  8. Cuando volvió a España, decidió hacerse maestro.
  9. Ejerció como profesor de francés en la ciudad de Soria.
  10. Su mujer Leonor era de origen alemán.   

martes, 22 de noviembre de 2016

Elaboración de los apuntes de literatura

A partir de hoy y hasta que terminemos de trabajar los ocho autores de los textos de la antología literaria de PAU, los alumnos deberán elaborar sus propios apuntes de cada uno de los escritores. Empezarán por Federico García Lorca y Antonio Machado.
      Estos trabajos se harán por equipos de tres o cuatro alumnos y podrán elaborarse tanto a ordenador como a mano. Cada miembro del equipo se encargará de al menos dos apartados del trabajo. Además, un alumno se encargará de revisar todo y pasarlo a limpio o unificar la presentación. En el trabajo se hará constar qué parte ha hecho cada alumno.
      Cada grupo deberá entregar sus apuntes sobre estos dos autores para la revisión del profesor con fecha límite 21 de diciembre.
      Pueden añadirse otros apartados a los siguientes, que son los mínimos obligatorios para cada trabajo:
1. Biografía 
2. Obras del autor (razonando y explicando las etapas, no una lista)
            2.1. Información sobre el libro original donde fue publicado el fragmento de la antología de PAU 
3. Movimiento literario o generación 
4. Relación con otros autores o movimientos 
5. Sus temas 
6. Estilo del autor
          7. Anécdotas o curiosidades 

          8. Fuentes de Internet y bibliográficas


A continuación se indican los textos literarios que componen la antología de PAU, que se irán enlazando progresivamente:

  • "A un olmo seco", de Antonio Machado (poesía)
  • Fragmento final de La casa de Bernarda Alba, de Federico García Lorca (teatro)
  • "Elegía a Ramón Sijé", de Miguel Hernández (poesía)
  • “Me busco y no me encuentro” de Josefina de la Torre (poesía)
  • Fragmento de Ángela Vicario (páginas 108-110 de la edición de Debolsillo) de Crónica de una muerte anunciada de Gabriel García (novela)
  • “Un día habrá una isla” de Pedro García Cabrera (poesía)
  • Escena final, protagonizada por Fernando hijo y Carmina hija, de Historia de una escalera de Buero Vallejo (teatro)
  • “La chabola” de Pedro Lezcano (cuento)

Les dejo aquí el enlace para ver y descargar en un solo documento los ocho textos literarios de la antología de PAU:
https://drive.google.com/file/d/0B1tXj2y0lr1zaVZKb2E0azZZNHc/view?usp=sharing

lunes, 14 de noviembre de 2016

Errores frecuentes en los comentarios del texto periodístico de opinión

Adecuación
- Márgenes insuficientes, ausencia de sangría, tachones, renglones torcidos o sin interlineado, letra ilegible.
- Escribir el comentario con bolígrafos de colores (rojo, celeste, violeta, verde) o lápiz.
- Poner guiones, cuadrados, círculos, números u otros símbolos al principio de cada párrafo o apartado.
- Mayúsculas o subrayados innecesarios para llamar la atención.
Uso incorrecto de las mayúsculas en los días de la semana y los meses del año. Se escriben en minúscula en castellano, al contrario que en inglés.
Los títulos no se destacan o se destacan de forma incorrecta. Los títulos de libros, periódicos y revistas se subrayan al escribirlos a mano (a ordenador van en cursiva); los títulos de artículos, capítulos y poemas se ponen entre comillas.
- Uso incorrecto (y abusivo) de los nexos (el/la) cual y donde. El pronombre relativo el/la cual los/las cuales solo debe emplearse cuando la proposición que introduce está separada de la principal por ser aclaratoria o bien cuando el artículo va precedido de una preposición, en cuyo caso la coma no es necesaria. El adverbio donde con valor relativo tiene que tener obligatoriamente un antecedente que se refiera a un lugar. El país donde vivo es España, no *El autor es Juan José Millás donde defiende una tesis.
Confusión entre las perífrasis deber+infinitivo (obligación) y deber de+ infinitivo (hipótesis o posibilidad).
- Uso redundante de etc. y puntos suspensivos. Hay que optar solamente por una de las dos expresiones. Lo siguiente es incorrecto: *etc...
- Uso del registro coloquial: poniendo ejemplos o generalizaciones en 2ª persona de singular (Ej.:*Si vas a cualquier país subdesarrollado, podrás comprobarlo) o palabras coloquiales sin entrecomillar.

Coherencia
Repeticiones innecesarias: *La estructura del texto es una estructura inductiva -> La estructura del texto es inductiva
- Redundancias: *En mi opinión, pienso que el autor se equivoca -> En mi opinión, el autor se equivoca / Creo que el autor se equivoca.
- Escribir párrafos de una sola oración como norma general.
- Nombrar muchas ideas, ejemplos o argumentos y no desarrollarlos o explicarlos. Mejor poner pocos ejemplos o argumentos bien desarrollados (tanto en el análisis como en la valoración).
- Falta de una conclusión: dejar el texto abierto, sin cierre textual.
- Empezar el texto con un conector de opinión o introducir opiniones personales en el análisis del texto (primera parte del comentario).


Cohesión
- Ausencia, escasez o uso repetitivo de conectores.
- Mal uso de conectores: desde mi punto de vista, y no *bajo mi punto de vista. No separar los conectores del resto de la oración con comas: Sin embargo, por ejemplo, asimismo,
Uso exclusivo y reiterado de nexos simples (y, pero, también).
Falta de variedad en los nexos causales (ya que, ya que, ya que).
- Separación del sujeto y el predicado o del predicado y el complemento directo con una coma: *El autor, defiende que se debe prohibir el burka. *Los dirigentes del partido explicaron, que el asunto era de extrema gravedad. Sí pueden ponerse elementos explicativos entre dos coma.
- Queísmo: *Soy consciente que...; dequeísmo: *Opinamos de que esto es grave.
- Errores de concordancia, especialmente con los pronombres átonos: *A sus padres le había dicho...


Ortografía
Hincapié se escribe siempre con hache. Se utiliza en la expresión hacer hincapié (en una idea), que significa enfatizar, poner de relieve un concepto.
- No olviden hacer las tildes claras, que se vean, especialmente en la letra i.

A continuación les dejo una imagen con pautas de corrección utilizadas por correctores de PAU no hace mucho tiempo.


jueves, 10 de noviembre de 2016

Entrega de comentarios y presentaciones de apoyo al tema 3

La entrega de los comentarios de textos periodísticos está marcada para las siguientes fechas:


  • Martes 15: comentario completo del texto de opinión escogido por cada alumno como parte de su trabajo del periódico.
  • Miércoles 16: comentario de uno de los primeros cuatro textos del anexo del tema 3 (páginas 13 a 15).


Todos los comentarios entregados en plazo y forma, serán devueltos con su corrección el lunes 21, un día antes del examen.

A continuación, se incluyen dos presentaciones en las que se recoge una clasificación de los argumentos y los apartados del comentario de forma más resumida que como aparecen en el tema 3.




martes, 8 de noviembre de 2016

Tesis y argumentos: dos ejemplos y dos textos propuestos

DOS EJEMPLOS RESUELTOS DE TESIS Y ARGUMENTOS LOCALIZADOS EN COLUMNAS

Texto 1
"Todos nuestros dioses"
El País Semanal ROSA MONTERO 10 ABR 2016

NUNCA fui muy religiosa, ni siquiera en la niñez, y me considero agnóstica desde hace muchísimos años. Y no digo atea, aunque me sienta muy cerca, porque tampoco tenemos pruebas irrefutables de la inexistencia de los dioses (de algún tipo de principio que alguien pueda llamar dios) y la vida es indudablemente un gran misterio. Eso sí, soy bastante anticlerical, aunque sé bien que hay muchos frailes y monjas, lamas e imames, sacerdotes y sacerdotisas que se dejan la piel y a veces la vida por los demás con generosidad admirable. Pero mi anticlericalismo, que es recio y en ocasiones rabioso, tiene que ver con el poder de las instituciones religiosas, con el abuso de ese poder y con las aberraciones a las que pueden llegar los clérigos de los diversos aparatos eclesiales, desde las hogueras de la Inquisición hasta las carnicerías del Isis.

Sin embargo, la historia de las religiones siempre me ha fascinado. Encuentro profundamente conmovedor que los humanos, en nuestro dolor, nuestra indefensión y nuestra infinita pequeñez, nos hayamos inventado todos esos cuentos fundacionales que son las religiones, esas figuras sobrenaturales a las que pedir ayuda y consuelo. Como niños abandonados en la oscuridad, hemos tenido que imaginar que en algún lugar había unos padres capaces de guiarnos, unos padres que conocían todas las respuestas del inmenso, demoledor enigma de la vida. Y esos cuentos que nos hemos ido contando dicen mucho de quiénes somos, de lo que tememos y de lo que queremos.

Por eso me apena la ignorancia absoluta de los mitos religiosos de nuestra cultura por parte de los jóvenes. El otro día vi Exodus, la interesante película de Ridley Scott sobre la vida de Moisés, con una amiga de 20 años muy inteligente y muy culta. Pues bien, a pesar de que es una chica extraordinaria para su edad, no tenía ni idea de la historia, apenas le sonaba vagamente que había un mar que se abría y ni siquiera sabía que Moisés era el de los Diez Mandamientos. Y así, en tan sólo un par de generaciones perderemos un cúmulo de referencias legendarias, arquetípicas y simbólicas que nuestros antepasados se han ido transmitiendo los unos a los otros durante milenios. Por no hablar de que infinidad de cuadros, poemas, obras dramáticas y narrativas de nuestra tradición resultarán incomprensibles. No sé, me parece que hay parte de la izquierda que se hace cierto lío con estos temas. Yo creo que el laicismo es un logro monumental de la civilización, del progreso y del pensamiento humano; pero el laicismo consiste en la independencia absoluta del Estado de toda influencia religiosa, no en olvidar nuestros mitos o en rechazar tradiciones sincréticas tan bellas como las procesiones de Semana Santa, por ejemplo.

Hay un chiste maravilloso que expresa a la perfección la emoción agridulce que despierta en mí la cuestión religiosa: un par de ratitas van por la calle y de pronto una de ellas mira hacia el cielo y ve pasar un murciélago. Arrobada, pone los ojos como platos y exclama: “Oh, Dios mío, ¡un ángel!”. En esa pobre rata nos veo a nosotros, con la tierna, inocente necesidad de inventarnos bellos milagros, pero también con la embrutecedora ignorancia de no saber que esa criatura celestial no es más que un mamífero placentario quiróptero. Pero, aun así, el suspiro extasiado de la ratita encierra algo hermoso. Las religiones organizadas han sido demasiadas veces en la historia el origen de las atrocidades más espantosas (y lo siguen siendo, como en el yihadismo); pero en el impulso religioso básico del ser humano hay también un anhelo de bondad, de fraternidad y de belleza. El otro día me encontré en el parque del Retiro a una mujer de unos setenta años que vendía gorros, pulseras y diademas de punto que ella misma tricotaba. Era extranjera, no sé de dónde, y obviamente muy pobre, tanto por su ropa, limpia pero raída, como por los malos y feos hilos con los que tejía. Su rostro era hermoso. Debía de haber sido muy bella y tenía una sonrisa que iluminaba el lugar. Le compré una pulserita por cuatro euros y le di las gracias por su arte. Y entonces sonrió y me dijo: “Que tus dioses te protejan”. Sí: en estos momentos de locura y de odio, ojalá nos protegieran a todos nuestros buenos dioses, nuestros ideales, nuestra voluntad de ser mejores. “Que tus dioses te protejan”, me deseó la preciosa anciana. Y ¿saben qué? Me sentí verdaderamente bendecida.

TESIS: explícita, situada en el último párrafo (aparece destacada), lo que da al texto una estructura inductiva
ARGUMENTOS: experiencia personal, causa-efecto, definiciones, ejemplificación, analogía (se combinan argumentos fuertes con otros basados en valores)

Texto 2
"Estafa social"

El País JORGE M. REVERTE 18 ABR 2016

Los catedráticos y, en general, los profesores numerarios de nuestro país no dan abasto. En los meses inmediatos, empezando desde ya, se van a leer públicamente millares de tesis doctorales, cada una de las cuales tiene una historia que puede ser hasta dramática. Porque hablamos de un mundo en extinción, que con la lectura de esos millares de tochos, escucha los acordes de su final.
   A todo el mundo le pasa lo mismo, que si oye la palabra “tesis”, inmediatamente piensa en un ladrillo de más de 600 páginas que se lee una vez y se deja en una esquina a llenarse de polvo. Antes, no hace demasiado, escribir algo como El comercio de la lana en el siglo XVI y el desarrollo del sur de Palencia, por ejemplo, llevaba varios años de la vida de alguien muy listo, que con eso ya daba un paso de gigante para conseguir una plaza fija en la Universidad. Ese tocho no solía tener una gran posibilidad comercial pese a su sugerente título. Pero ahora, además de que no hay quien lo edite, tampoco sirve para que el autor o la autora encuentre un trabajo remunerado y mínimamente respetado. Nadie quiere leer una tesis doctoral.
   Y, se supone, en cada una de ellas reside lo mejor del conocimiento acumulado y del método de cada cátedra. La Universidad ya no repone las vacantes, al menos las de las llamadas humanidades. Y hacer una tesis, que lleva hasta cuatro y cinco años de trabajo, ya no sirve ni para publicar un libro ni para justificar sabiduría y método que den lugar a un empleo de reposición del conocimiento, que es para lo que está, entre otras cosas, la Universidad.
   Pero como toda institución, la Universidad tiene sus inercias, quizá más que ninguna otra. Y, ahora que se leen miles de tesis empezadas hace cinco o seis años, los miles de inteligentes y formados doctorandos que las han escrito van a recibir muchas palmadas en la espalda y sobre todo muchos mensajes de “¿para qué has hecho esto?”.
   Mensajes que no son sino la manifestación de una gigantesca estafa social: esos todavía jóvenes autores de tesis son ya estupendos candidatos para trabajar de camareros.
   Y España tiene un nivel cultural en la hostelería difícil de superar.

TESIS: implícita, se puede interpretar del final del texto, en afirmaciones como "la Universidad tiene sus inercias" o "esos jóvenes autores de tesis son ya estupendos candidatos para trabajar de camareros". Por tanto, podríamos considerar que se trata de una estructura inductiva, ya que la parte más general se encuentra al final del texto, aunque no hay una oración que se identifique claramente con la tesis. La tesis puede explicitarse así: el aumento en la lectura de tesis doctorales para evitar el inminente cambio de normativa universitaria constituye un engaño.
ARGUMENTOS: hechos y datos, causa-efecto, ejemplificación (son argumentos fuertes y racionales)

Ahora busca la tesis y los argumentos de estas dos columnas:

Texto 3
"Verdaderos amigos de Facebook"
El País XAVI SANCHO 17 ABR 2016

La semana pasada fallecía en una aldea gallega un hombre que vivía entre basura y a cuyo sepelio solo acudieron dos mujeres. La policía descubrió su cuerpo sin vida tras recibir una llamada de una señora desde Canarias. Ella era uno de los más de 3.500 amigos que el finado tenía en Facebook y, preocupada por la falta de actividad digital del hombre, decidió llamar para alertar a la autoridad.

Situada entre finales de ochenta y principios de los noventa, Menudo reparto es una brillante novela de Jonathan Coe cuyo protagonista es un escritor semifrustrado que abandona el encargo de escribir la historia de una pudiente familia para encerrarse en casa y ver películas antiguas. Hasta que un día aparece una maravillosa vecina que le devuelve las ganas de pestañear. Al cabo de unas páginas, ella muere. Leí ese libro durante uno de los periodos más abyectos de mi vida. Simplemente, trabajaba, leía y bebía solo por los bares. Me fabriqué rutinas que creía satisfactorias, como cenar los viernes salchichas de Frankfurt. El sábado por la tarde era el peor momento de la semana. Los lunes eran un alivio. Me vi en ese escritor, tanto por su falta de talento como por su buscada soledad. Él no se abrió un Facebook (aún no existía), pero yo me hice un Twitter. Y a través de él, interactué con otros humanos. Hipocondriaco como soy, una noche, solo en casa, pensé que moría. En vez de llamar a mi madre, o a urgencias, mandé un privado por Twitter a una chica que vivía en Gijón —qué tristeza poder despedirse del mundo en menos de 140 caracteres—. Desperté intacto y le volví a escribir disculpándome. “Para eso estamos los amigos”, respondió.

Texto 4
"Paraísos"
El País JULIO LLAMAZARES 25 ABR 2016

El título de la fotografía ganadora del Premio de Periodismo Ortega y Gasset en la que una mujer siria pide, caída en el mar, desesperadamente ayuda para su bebé es demoledor: Llegando al paraíso.Y es que paraísos hay muchos. Los hay fiscales e imaginarios para los que hemos tenido la suerte de haber nacido en el primer mundo y los hay que consisten simplemente en alcanzar las costas de Europa, para los que viven en el segundo y en el tercero.

El mito del paraíso, que viene de los albores de la humanidad, nos acompaña a lo largo de la historia reconvertido en múltiples fantasías y representaciones individuales y colectivas. Solo en España tenemos media docena, desde la Babia arcádica y ensimismada que se corresponde con una comarca real en el antiguo Reino de León a la Jauja cordobesa de los cuentos en la que se come y se bebe y no se trabaja, según el refrán, y que no es otra que lo que en Francia llaman Pays de Cocagne, en Italia el país de Cucagna, en Gran Bretaña el de Lubberland y en los Países Bajos el de Luilekkerland, ese lugar fabuloso al que, según los que han alcanzado a verlo, se accede excavando una montaña de papilla y por el que los cerdos se pasean con cuchillo y tenedor para que el que se los encuentre pueda trincharlos mientras que de los árboles cuelgan salchichones y todo tipo de dulces.

El mito del paraíso que Adán y Eva disfrutaron antes de ser expulsados de él pervive en nuestro subconsciente junto con el deseo de recuperarlo un día. Pero, mientras que para algunos su identificación coincide con esos lugares a los que la Hacienda de su país no puede llegar porque están fuera de su alcance, lo que les garantiza que no tendrán que pagar impuestos por sus fortunas, para otros se reduce simplemente a alcanzar las costas de un continente que les garantiza, o debería hacerlo por humanidad, vivir a salvo de la guerra, el hambre o la persecución política o religiosa.

Que la palabra se use igualmente para denominar a unos y a otro, a los agujeros negros fiscales y financieros y al continente que para mucha gente es sinónimo de libertad o simple supervivencia, indica la inmoralidad de un mundo que se llama el primero a sí mismo cuando es el tercero o el cuarto. Si la medida de nuestras vidas la dan nuestras ilusiones, las de esas personas que arriesgan la suya para buscar un futuro mejor para sus familias son infinitamente superiores a las de quienes, viviendo en el paraíso, lo buscan también para su dinero sin importarles lo que a los demás les pase.

lunes, 7 de noviembre de 2016

Comentarios resueltos

1. Comentario de “Aduanas” de David Trueba (a este comentario le falta la valoración crítica)

En este enlace puedes leer la columna.

Vivimos en una Europa muy diferente de épocas anteriores, con una Unión Europea donde domina la búsqueda de beneficios de las grandes empresas. Los altos cargos miran por el bienestar económico de sus propios países y no dan su brazo a torcer para ayudar a los que vienen de fuera. Estas son algunas ideas que defiende David Trueba en este texto periodístico de opinión que emplea el subgénero de la columna, por su brevedad, la actualidad del tema y la consideración del autor, colaborador habitual de El País, además de reconocido novelista y director de cine. Mediante la modalidad textual expositivo-argumentativa, el autor se posiciona en torno a una realidad, en este caso, el fenómeno de la inmigración, con la intención de orientar ideológicamente a los lectores o destinatarios.

Importante es el predominio de determinadas funciones del lenguaje: la función representativa se muestra para presentar datos objetivos y la apelativa, a través de los recursos que el autor emplea para implicar y convencer al receptor. Junto a estas, también se encuentran presentes la función expresiva, por la presencia del autor a través de elementos subjetivos,  y la poética, por el cuidado del lenguaje y empleo de figuras literarias. Nos encontramos ante un texto escrito en un registro formal, caracterizado por un léxico preciso y la complejidad oracional. Además, el registro es estándar, para poder llegar a número amplio de lectores, con pocos términos especializados o cultos, tales como “xenófobo” o “psicosis”.

“Aduanas” es el título de este texto, una palabra que tiene que ver con el control de mercancías que entra en el sistema comercial de un país,  aunque el texto no gira en torno a este tema, sino al control ejercido por los gobiernos de Europa en las fronteras hacia las personas que huyen de países en guerra. Uno de los problemas más importantes hoy en día es el de los refugiados de la guerra de Siria. Europa se encuentra ante la tesitura de qué opción le resulta más rentable: si aceptarlos y acogerlos, o rechazarlos.

En pocas palabras, ha bastado que el miedo al extranjero se extienda por Europa para que los presidentes de los países se dejen vencer por el pánico. Sin embargo, se puede afirmar que el verdadero problema se encuentra en las aduanas, pues se han incautado millones de productos falsos, y son estos los que realmente tienen efectos negativos y han provocado la inestabilidad económica.

La columna está dividida, según su estructura externa, en tres párrafos, que coinciden parcialmente  con las tres partes en las que se puede dividir el contenido (estructura interna). En la introducción, el autor presenta el problema de la crisis de los refugiados en la Europa de nuestro tiempo. El cuerpo argumentativo abarca desde el final del primer párrafo hasta casi todo el último y en ella se compara las consecuencias de la inmigración con el problema aduanero, aportando datos y haciendo una crítica de las pocas restricciones que se han aplicado para hacer frente al problema de la entrada de productos falsos, en contraste con las negativas consecuencias que este hecho provoca en la economía de nuestros países. En la tercera y última parte, rechaza la poca importancia que se da a los refugiados a causa del miedo de la población europea.

La tesis, es decir, la idea más general que defiende el autor, es explícita y le otorga al texto una estructura inductiva, porque podemos identificarla con la oración final del texto: “Tratar a seres humanos mejor que mercancía puede que nos devuelva una dignidad perdida”. Con esta idea, el autor pretende resaltar la importancia de los derechos humanos en la construcción de la civilización europea por encima de cualquier otra visión economicista.

El autor se apoya en argumentos fuertes y fundamentalmente racionales. Destaca el argumento de analogía, desarrollado a lo largo de casi todo el texto y al que remite el título del texto, ya que compara las aduanas con los controles fronterizos, indicando que se da más libertad a los objetos que a las personas. Este argumento también se puede considerar ético, pues el autor deja clara en su tesis que el derecho de asilo y el resto de derechos humanos merecen mayor consideración. También podemos destacar los argumentos de datos que objetivizan la gravedad de los hechos: “En los controles de 2015 se han incautado más de dos millones y medio de productos falsos”.

Con el objetivo de implicar a los lectores en el tema, Trueba emplea una pregunta retórica (¿Y al año siguiente?) y reiterada el uso de la primera persona de plural (nos estorban, nos retenga), un rasgo que también aporta subjetividad al texto. Destaca la alternancia entre el presente (puede, cierre) y el pretérito perfecto simple (han incautado, han conseguido, ha sido), para destacar hechos recientes frente a la explicación del problema.

En esta columna el autor emplea numerosas oraciones subordinadas que sirven al autor para relacionar las ideas para llegar a una conclusión razonada. Destaca el uso de conectores de contraste (sin embargo, en cambio) con el fin de mostrar las evidentes diferencias entre las dos realidades que se comparan (comercio e inmigración) y dotar de cohesión al texto. Otro mecanismo de cohesión es la presencia de campos asociativos relacionados con la temática del texto. Por una parte, la inmigración (frontera, flujo migratorio, inmigración) y por otra el comercio (contabilidad, fraude).

La función poética, presente en el texto como ya hemos dicho anteriormente, se concreta en el especial cuidado del lenguaje y el uso de determinados recursos literarios que intensifican el mensaje y sirven para reforzar la finalidad persuasiva del texto. De esta manera, destacan la anáfora con la que cierra el segundo párrafo: “No hay valla... No hay crisis...”, la hipérbole “estado de psicosis” y metáforas como “fronteras del miedo” o “laberinto de esclavitud”.

[PARA TERMINAR: Hay que completar el comentario con la valoración crítica: posicionamiento del alumno con respecto al tema y defensa de una tesis propia (que puede coincidir o no con la del autor), apoyada por argumentos también propios del alumno. Hay que desarrollarla y concretar bien los argumentos. Hay que poner un cierre textual claro al texto, es decir, escribir una conclusión final.]

2. Comentario de “No hay capitalismo sin consumidores” de Joaquín Rábago (comentario completo)

Puedes leer la columna haciendo clic aquí.

Estamos ante un texto periodístico de opinión escrito por Joaquín Rábago para el diario de ámbito local La Provincia. Esta columna apareció publicada el jueves 11 de septiembre de 2014, casualmente cuando se cumplía el decimotercer aniversario del macroatentado terrorista contra las Torres Gemelas de Nueva York, episodio histórico al que no rinde homenaje y con el que no guarda relación alguna. Para abordar este tema, el autor adopta la modalidad textual expositivo-argumentativa, con la que tras presentar su posición con una serie de hechos y argumentos objetivos, pretende persuadir a un lector de formación media-alta, debido al registro formal y el nivel culto que caracterizan su escrito.

La función del lenguaje que predomina es la referencial o representativa, dado su carácter primordialmente expositivo; y en segundo lugar la conativa o apelativa, como corresponde a los textos argumentativos, puesto que pretende inducir una determinada acción: la de favorecer el aumento del poder adquisitivo de los trabajadores.

El tema principal del texto queda explícito en su título y podría reformularse como la necesidad del sistema capitalista de producir nuevos clientes continuamente. Sin duda alguna, el tema abordado adquiere una enorme relevancia por la preocupación que suscita la economía en los ciudadanos, y más en un contexto de recesión y amenaza de deflación. Además, es un asunto de tan candente actualidad que implica a entidades comunitarias como el Banco Central Europeo, el cual recientemente disminuyó el precio del dinero al 0'05%.

El autor sigue a Nick Hanauer al afirmar que el sistema económico capitalista requiere de dotar con poder adquisitivo a los consumidores para poder subsistir. Las mismas fuerzas productivas, para ser consumistas, necesitan ingresar unos emolumentos que les permitan adquirir lo que producen. Ya lo vio así Henry Ford a inicios del siglo XX, y desde entonces para acá han ido empeorando las diferencias de clase en los ingresos. Es necesario establecer, al menos, un mínimo salarial para evitar la pobreza en la ciudadanía que dispone de empleo, puesto que sus sueldos son tan bajos que les impiden llegar a fin de mes.
En la primera parte de la columna se presenta el ejemplo del inversor de Amazon Nick Hanauer como excusa para introducir el problema al que se enfrenta el capitalismo en la actualidad. El cuerpo argumentativo o desarrollo comienza en el segundo párrafo, llega hasta el penúltimo y engloba todos los razonamientos que sustentan la tesis. La conclusión se localiza en el último párrafo y en ella, el autor retoma el ejemplo de Hanauer para comparar la situación actual con la que existía hace treinta años.

El articulista defiende la tesis de que hay que mejorar las condiciones laborales de los asalariados para que disminuyan las diferencias de clase y exista más equilibrio y justicia social, al tener la posibilidad la gente humilde de adquirir productos que mejoren su bienestar o calidad de vida. El texto está estructurado de manera analítica o deductiva, pues esta tesis se recoge de forma explícita en el primer párrafo ("no puede haber capitalismo si faltan los consumidores"), y luego se desarrollan los argumentos que justifican el posicionamiento del autor.

El recurso al argumento de autoridad es el más socorrido en este texto. El autor se escuda tras Nick Hanauer en al menos cinco ocasiones ("no puede haber capitalismo si faltan los consumidores", "de no corregirse la actual tendencia [...] vendrán con horcas a por los ricos", "si los trabajadores tienen más dinero disponible, las empresas podrán contar también con más clientes", "la economía del goteo es [...] una especie de cuento de la lechera", "No se trata [...] de superar el capitalismo, sino de salvarlo"), para luego hacer lo propio con Henry Ford ("los trabajadores no eran sólo una mano de obra barata, sino que eran también consumidores"), y Kshama Sawant (quien atribuye el comienzo del movimiento a favor de doblar el salario mínimo a las protestas de los trabajadores de restaurantes de comida rápida y al movimiento "Occupy Wall Street", equivalente al de los indignados en España).

Rábago también utiliza un argumento que toma de Nick Hanauer y resulta ser de analogía histórica espacial y temporal ("una revolución popular como la que acabó con la aristocracia en Francia o con el zarismo en Rusia"), argumentos lógicos, positivos y de generalización ("quien realmente crea empleo es la clase media gracias al consumo", [argumento de generalización porque establece un juicio totalizador y positivo que refuerza la tesis del autor], "porque un supermillonario no puede comprarse un automóvil, un yate o diez trajes nuevos cada día", [argumento lógico de causa-consecuencia porque ofrece una relación causal entre dos hechos]), y argumentos de hecho ("un referéndum que ganaron los partidarios de doblar el salario mínimo"), de datos ("los ingresos de los directivos han crecido 125 veces más que los de los trabajadores", "si hace treinta años un directivo ganaba 30 veces más que [...] sus empleados, hoy ingresa 500 veces más"), y de ejemplificación ("las empresas no eliminan a esos directivos o los deslocalizan a China como hacen con las fábricas"). Los argumentos son de tipo racional, por lo que podemos afirmar que se trata de una argumentación fuerte, aunque tienen mayor validez los argumentos de datos o analogía que los de autoridad en los que más se centra.

En el plano morfosintáctico Rábago recurre al uso de dos aposiciones explicativas o aclaratorias para informarnos de quién es Nick Hanauer, la principal autoridad en la que se sustenta el texto ("un riquísimo estadounidense...", "actualmente al frente de la firma de inversiones..."). En cuanto a las construcciones sintácticas, predominan las subordinadas sustantivas ("Hanauer ha comprendido que...", "lo ha advertido a quienes..."), seguidas de las construcciones adjetivas o de relativo ("Henry Ford, empresario que..." [antecedente: empresario]. También aparecen subordinadas adverbiales de causa condición y comparación. El uso de estas construcciones guarda estrecha relación con la búsqueda de mayor precisión a la hora de exponer sus ideas y la elección de un registro formal y un nivel culto. El resto de prac

Apenas hay oraciones enunciativas simples: "Quien crea realmente empleo" [que sirve de sujeto a] "es la clase media gracias al consumo" [y de atributo elidido a] "no son los capitalistas (quienes crean realmente empleo)" . Realmente, la única oración simple en puridad que aparece en el texto es ésta: "Parece una verdad de Perogrullo" (vocablo que proviene de "Pedro Grullo", personaje paremiológico de carácter cómico y origen incierto).

En cuanto a las subordinadas adverbiales, se aprecian algunas condicionales ("de no corregirse la actual tendencia...", "si los trabajadores tienen más dinero disponible...", "si hace 30 años un directivo ganaba..."), causales ("porque un supermillonario no puede...", "porque no se puede tolerar..."), y comparativas ("como la que acabó con la aristocracia...", "como hacen con las fábricas...").

En cuanto a las coordinadas, apenas cabe destacar dos adversativas ("no eran sólo una mano de obra barata... sino que eran también consumidores", "no se trata de [...] superar el capitalismo, sino de salvarlo…".

El uso de los tiempos verbales comienza con el pasado (pretérito perfecto compuesto "ha comprendido", "ha advertido", pretérito perfecto simple "escribió", "causó", pretérito imperfecto "se refería") para luego apoyarse en un presente intemporal que le sirve de generalización ("quiere salvar", "se bajan los impuestos", "quien crea realmente empleo"...).

El autor emplea casi exclusivamente la tercera persona de singular y plural, por lo que tiene una intención claramente de buscar objetividad en sus razonamientos. Sin embargo, el texto no está libre de subjetividad, especialmente presente en el léxico valorativo (riquísimo, exagerada, aproximadamente...) y en el uso de la primera persona de plural para implicar al lector (nuestros "indignados").

En lo que corresponde al plano semántico, se observan dos campos asociativos alrededor de los cuales se dota de cohesión y coherencia al texto. En primer lugar, el de la economía (empleo, directivos, empresas, deslocalizan...), en el que abundan los tecnicismos, y en segundo lugar, el de las clases sociales (aristocracia, trabajadores, clase media...).

En el plano textual el autor hace uso de un marcador de consecuencia ("de ahí que...") repitiendo dos veces otro, concretamente la locución conjuntiva "de modo que" ("de modo que pudiesen comprar...", "de modo que la masa de los trabajadores de aquel país..."). En el resto del texto se vale de marcadores condicionales ("de no corregirse...", "y si hace 30 años..."), causales ("porque no se puede tolerar...") o de ejemplificación ("eso de que..."), absteniéndose en muchos párrafos del uso de conectores discursivos lógicos y empleando la deixis personal anafórica ("Nick Hanauer...", "Hanauer, actualmente al frente de...", "Ese inversor...", "Hanauer no se limitó...").

El problema con que se tropiezan los razonamientos esgrimidos por Joaquín Rábago estriba en que no se pueden aumentar los salarios ateniéndonos solamente al aumento del poder adquisitivo sin fijarnos en otros elementos en juego. Por supuesto que todos desearíamos disponer de mayor masa salarial para mejorar nuestro nivel de vida, pero el incremento del sueldo debe siempre ir unido a una mayor productividad o a una subida del valor de lo producido porque, de lo contrario, estaríamos creando una burbuja artificial de beneficios que, al carecer de base real, nos conduciría a los números rojos y a la bancarrota. Aquí hay un conflicto entre el deseo y la realidad. Y una negligencia gravosa por parte de directrices políticas irresponsables que han inculcado la cultura del espectáculo sin ir acompañado del esfuerzo.

Pongamos como ejemplo la esfera del mundo de los libros. Un editor no puede pagar más a un escritor, un traductor, un impresor o un distribuidor si el margen de beneficio es estrecho y además sus libros no se venden. O no puede aumentarles el precio. Sufrimos una crisis sistémica, de modelo de producción y consumo, y no meramente coyuntural, porque en el caso del libro tradicional de papel entran en liza las descargas ilegales o las ventas a muy bajo coste. ¿Puede aumentarse unilateralmente el porcentaje que ingresan los actantes intervinientes en la cadena de producción que va desde la mesa del escritor a los anaqueles de las librerías? No. Si se hace, la quiebra es segura.

Para terminar de ocasionar un perjuicio irreparable, los gobiernos han cultivado con todo tipo de dejación de responsabilidades la incultura del cutrerío televisivo en favor del mercantilismo que proporcionan las audiencias mayoritarias, aquellas que captan el pastel publicitario. Si a esto le añadimos los casos de corrupción de la casta en el poder y el odio ancestral de la plebe a la cultura que se percibe en España, obtenemos un país en el que la población cultiva la picaresca de pretender vivir sin dar golpe aunque, cómo no, plenamente instalada en la cultura de la queja y la perpetua reivindicación de derechos saltándose los deberes a la torera.

En esa línea argumentativa, que puede resultar un tanto demagógica y populista, parece deslizarse el texto de Joaquín Rábago. Sí, está muy bien. Es miel para los oídos lo que le escuchamos. Si fuera un candidato, arderíamos en deseos de votarle. “Todos queremos más, y mucho más” como decía una antigua canción que escuchábamos hace más de tres décadas en la radio. Ahora bien: ¿de dónde saldría esa riqueza a repartir? ¿En qué parámetros nos basaríamos para aumentar los sueldos? Si no exportamos más, si no producimos mercancías de mayor valor, seguiremos a expensas del turismo visitante como gran motor de la economía nacional. Y desde luego, si estuviéramos mejor educados, si valorásemos más una obra de teatro, una ópera, una película de calidad o un buen libro, estaríamos muchísimo más dispuestos a pagar un precio más alto por ir a un auditorio, una sala de proyecciones o por alimentar nuestras bibliotecas. Como en el fondo lo que padecemos se agrava por vivir desorientados en medio de una crisis de valores espirituales, humanos, éticos, religiosos, artísticos y de todo tipo, un idioma tan extendido como el español -con más de 500 millones de consumidores potenciales- no hemos sabido aprovecharlo. Podíamos haber disfrutado de una potente industria cultural y lo que hemos hecho, subiendo el IVA hasta el 21% a este tipo de productos desde el gobierno, o pirateándolos como se hace de modo popular, lo que tenemos es una ciénaga que se va enfangando porque cada año que pasa disminuye el músculo intelectual en favor de la codicia materialista rampante y la telebasura del cotilleo.

Es un brillante artículo en la línea de su autor, quien goza de un aquilatado prestigio porque siempre trae a colación temas interesantes y actuales analizados de manera inteligente, bien documentada y desde una peculiar perspectiva. En realidad, la difusión de sus escritos alcanza un gran espacio a nivel nacional porque sus columnas aparecen en varias cabeceras pertenecientes al grupo “Editorial Prensa Ibérica”, como por ejemplo el “Diario” de Mallorca, Orense o Gerona, “La Opinión” de Málaga, Tenerife o La Coruña, y así hasta una quincena de periódicos de información general diferentes. Habida cuenta su calidad constante y sin desfallecimientos, bien merecido tiene el renombre que está adquiriendo.